Lic. Jacinto Brenes M. Director Escuela de Ciencias del Lenguaje Instituto Tecnológico de Costa Rica
El Lic. Carlos Morales es profesor universitario, periodista, escritor pero, sobre todo, individuo crítico y sin pelos en la lengua, es decir polemista y contestatario. En una extensa obra periodística, ensayística y novelística, destaca la novela La rebelión de las avispas, publicada por la prestigiosa Editorial Prisma a finales del año pasado. Esta novela recibió el Premio Nacional de Novela de Costa Rica 2008, el cual otorga un jurado independiente.
En una conversación muy provechosa que tuvimos estudiantes de Apreciación Literaria del ITCR y este servidor con el Lic. Morales el 21 de mayo del 2009, se le plantearon algunas preguntas que él entonces respondió de forma muy clara y concreta. He querido recoger, justificar y ordenar las preguntas hechas y solicitarle a don Carlos que las respondiera en forma escrita a fin de fijar tan precisos cuestionamientos y tan oportunas respuestas.
El resultado es el siguiente documento.
SOBRE EL TÍTULO Y LOS EPÍGRAFES
La obra se subtitula como “divertimento”. Esto significa que es humorística. Sin embargo se tratan asuntos muy serios como corrupción, administración universitaria, equidad, etc.
1. ¿Es La rebelión de las avispas una obra humorística? ¿Cómo la define Ud.?
–Sí, espero que la gente se ría para que no llore; que fue lo que hice yo ante tanta estupidez entronizada. Conforme va uno descubriendo la parte tonta de la Humanidad, va queriendo más a su perro, y el único remedio es la risa, porque el llanto no arregla nada y solo lo liquida a uno. En cambio, la risa es una forma de exhibir, de denunciar y de criticar, con la esperanza de que algunos imbéciles entronizados desaparezcan al paso de los años. Fue lo que hizo Moliére con todo su teatro y Aristófanes con Las Avispas y con Las Nubes. Y Terencio y Plauto. El tono humorístico es muy difícil de manejar en cualquier género artístico, pero su eficacia puede ser aplastante y tal pareciera que esta novela lo está consiguiendo, dada la venta enorme que ha tenido. ¡Ya va para una tercera edición! En cuanto a la definición, me parece que es una novela moderna, fraccionada (no digo fractal, porque se me enojan los poetillas de ambiente), que se hilvana a trozos en la mente del lector y creo que hasta es posible leerla de atrás para adelante, pero eso yo no lo he probado, porque no suelo leer a Carlos Morales una vez que el libro está publicado. Entonces, sí, hay una intención humorística, burlona del género humano y también del “genre”.
SOBRE LA ESTRUCTURA
Un primer acercamiento a la obra da la impresión de que está muy dividida: breves capítulos que cuesta interrelacionar, segmentos que contienen citas de autores, una coda o colofón.
2. ¿Por qué escogió esa forma de organizar su obra? ¿Es esa subdivisión parte del mensaje que se propone plantear?
–En verdad la estructura surgió como una necesidad del discurso, pues lo primero que inventé fue el capítulo que lleva el nombre del libro y que es seudo científico y fantasioso. Luego había que amarrar esa fábula, de las avispas, con el quehacer diario en una universidad y de allí provino el truco de las pantallas electrónicas, que reflejan la vida en el claustro, la controlan y permiten cierta interactividad. Eso me costó bastante descubrirlo y también explicarlo. De hecho está basado en uno de los ejemplos matemáticos más complejos de esa disciplina, como es la cinta de Moebius; y espero no haber falseado su teoría, pues si bien la novela se ambienta en una escuela de matemática, es claro que yo nada sé de tal ciencia. La fragmentación es deliberada y tiene que ver con la dispersión caótica del mundo posmoderno, donde pareciera que solo la teoría del caos podría dar algún punto de referencia. Lo que pasa en la UPA es caótico, casi absurdo, recuerda a Ionesco y por eso los Algo-ritmos son llamadas a la tradición, a la sensatez, a la ecuanimidad, a la ética, a los referentes morales y racionales que en el pasado le daban sentido a la vida. Porque hoy todo está patas arriba, como dijo Eduardo Galeano.
Por otra parte, la obra se ha presentado como una novela cibernética. Vemos que se divide en textos breves que son como pantallas. Además tiene en cada segmento una flechita que es como el cursor de la computadora.
3. ¿Qué es lo que tiene de obra cibernética?
¬–No sé si decirle cibernética o cinematográfica. Es cibernética en la medida en que todo lo allí expuesto corresponde a pantallas de una computadora central llamada el CIA y por eso el cursor abre todos los capítulos, excepto el último, que es el resumen hecho por un supuesto editor. También hay un vínculo real con la internet, que es www.totolate.com, un boletín noticioso o newsletter que maneja el Renco Bolaños y que el público puede efectivamente consultar desde cualquier parte del mundo. Pruebe y verá. Allí queda abierta una ventana en la cual podría alargarse la ficción y de hecho ya hay algunos agregados; sin embargo, no es mi deseo convertir La rebelión de las avispas en una novela dentro de la red. Soy un dependiente de la galaxia Güttemberg y me encanta, me fascina, que la gente la esté leyendo en papel, que la toque, que la huela, que la sienta suya, como lo desearon don Juan Güttemberg y Theopraste Renaudot, pioneros de la letra impresa en el siglo XV. El website del Totolate está allí y es parte del libro. Si el público lo exige mucho y me veo presionado, pues podrían surgir nuevas historias de la UPA, pero por ahora dejemos que el libro en papel cumpla sus cometidos. Ahora, digo que es cinematográfica, porque la estructura la armé pensando en una espectador que va a ver una película muchas veces, pero que nunca la ve entera. Es decir, entra en tiempos diversos y mira partes al azar (repeticiones incluso), por lo que en algún momento deberá reconstruir toda la trama en su cabeza. La coda (último capítulo) que tiene el libro es una ayuda para ordenar lo que pasó en todo el proceso y es un recuento típico del cine que rejunta los cadáveres y agrupa los daños colaterales.
A lo largo de toda la obra hay insertadas citas o epígrafes de algunos autores. Predominan los del filósofo argentino José Ingenieros, de su obra El hombre mediocre; pero también hay de Discépolo, el letrista de tangos; de W. Shakespeare, específicamente de Macbeth; de Julio Rodríguez, el editorialista de La Nación.
4. ¿Qué significan esos textos? ¿Qué aportan a una obra de ficción?
–Como ya lo dije antes, esos exergos son el contacto con la racionalidad, con la sensatez, con los principios que a mi juicio deberían regir la marcha de la Humanidad. He buscado a varios autores que sirvan para anclar la estupidez caótica y corrupta que vive la UPA. El lector podrá así contrastar la estulticia de los personajes de la ficción, con el pensamiento crítico de muchos autores que nos llaman a salir de la locura de los pantallazos.
SOBRE LA CRÍTICA
Su obra ha tenido muy buena crítica literaria en Costa Rica y en el exterior. Una evidente muestra de la aceptación es que se le haya adjudicado el Premio Nacional de Novela 2008. No obstante, también la obra ha producido reacciones adversas de entendidos. Algunos han dicho que no la han leído pero, por lo que han oído, es muy mala. Otros dicen que es una simple venganza. También se ha señalado que no tiene condiciones de novela.
Además, en estos momentos hay personas que hasta en la Asamblea Legislativa están pidiendo que no se le entregue a Ud. el premio nacional de novela porque su obra es irrespetuosa de convenios internacionales que Costa Rica tiene sobre equidad de género y defensa de los derechos de la mujer.
5. ¿Por qué ha tenido su novela esas reacciones tan fuertes?
–Una obra literaria no puede irrespetar un convenio de derechos humanos, porque esos convenios solo pueden ser violados por lo fáctico, por los hechos concretos, no por la libre expresión y la ilusión poética que constituye una novela. Si no, ¿qué pasaría con el marquéz de Sade, con Boccacio, con Baudelaire, con Vargas Vila, con Henry Miller? ¿Habría que fusilarlos? Según ciertas sectas feminazis sí, pero ya la censura previa está tan desprestigiada como la intolerancia fundamentalista en lo sexual. Supongo que la reacción es fuerte porque toca temas muy sensibles, como son la guerra de los sexos, la corrupción de las ong`s, la podredumbre de políticos, la falsa lucha feminista o feminazi, la mercantilización de la educación superior, la mediocridad de los docentes, la hipocresía de los impolutos, la venta de las conciencias, etc, etc. Hay mucha gente que se siente retratada y me lo han planteado en varias universidades del país. Mi deseo es que retrate también a universidades de otros países. Por ahora hay hechos similares en Oxford, con Derek Walcot y en Sudáfrica con J.M. Coetzee, que me anticiparon el tema. Ojalá llegara a lo universal, partiendo de la aldea que somos. Respeto todas las críticas que se le hagan, espero que ella se pueda defender sola y hasta ahora lo va haciendo muy bien.
SOBRE LOS CONTENIDOS
Las historias que forman la novela se refieren a una serie de tópicos: administración universitaria, desarrollo académico, equidad de género, estudios científicos, opciones sexuales de las personas. Todos son temas muy importantes y respetables.
6. ¿Tiene derecho el escritor de hacer humor, parodia, ironía o burla de aspectos relacionados con estos temas?
–Bueno, el derecho es incuestionable o si no habría que mandar a la hoguera las tres cuartas partes de los libros publicados en toda la historia de la humanidad. El tono de humor, ya en sorna, comedia, burla, sarcasmo, sátira o clara ofensa, ha sido empleado por toda la literatura universal y aborda todos los aspectos que usted quiera mencionar. Incluyendo los más serios. La medicina, por ejemplo, es satirizada por Moliére en El médico a palos y El enfermo imaginario. La mujer adúltera, las monjas, los clérigos, son burlados por Chaucer en Canterbury Tales y lo mismo ocurre en Quevedo, en Lope, en Valle Inclán, en la picaresca española. Lo que pasa es que en Costa Rica somos muy modositos y no estamos acostumbrados a la frase fuerte. Por eso he dicho siempre que a nuestra novela le falta una dosis de locura.
EL ESTILO
Sus personajes usan mucho el latín. Sobre todo el Renco Bolaños. Algún compañero que estudia latín ha dicho que en la novela hay errores ortográficos y gramaticales en varios de los términos que en esa lengua se escriben. Por supuesto que estamos informados de que muchos autores usan el denominado “latín macarrónico” para burlarse de la presunción de académicos y eclesiásticos.
7 ¿Fue esa la intención suya o es que se equivocó? Eso tengo que preguntárselo porque los filólogos llevamos algunos cursitos de latín.
–Es muy bueno que se hayan dado cuenta y que usted me lo pregunte, porque la obra está cargada de errores deliberados y tonterías que expresan los personajes. La Tita Boyardo, por ejemplo, se siente magistrada cuando la ponen a juzgar al Renco y entonces habla en un latín que no conoce y lo mismo le pasa a Perro’e rico que es aspirante a leguleyo y recibe clases con Cucurucho. Peor es todavía el uso del castellano, que lo atropellan a la torera porque lo desconocen y por eso mismo lo quieren reformar con aditamentos sexistas que disfrazan de lucha de género. En eso la Terciopelo es una maestra de la estulticia idiomática, lo mismo que la Estuardo, ambas con estudios de filología. En ambos casos: para el latín y para el castellano, tuve que estudiar cada expresión con tal de escribirla mal. O sea, hice lo que esos personajes, que estudian para echar a perder los idiomas. Esto no quiere decir que la obra no pueda contener algún error idiomático, pero sí le garantizo que ningún filólogo la ha revisado, pues así me lo aconsejó el maestro García Márquez, a quien debo rendirle obediencia y pleitesía.
A lo largo de la obra, a veces el narrador y a veces los personajes, usan un lenguaje fuerte lleno de alusiones a lo sexual, a lo excrementicio, a lo que alguna gente considera que no se habla entre gentes educadas y mucho menos se escribe. Esto es lo que se denomina coprolalia. En un estudio que hace un autor, específicamente sobre la novela El lupanar de Luis Enrique Arce, dice que la recurrencia a la coprolalia es una forma de expresar frustración ante un mundo corrupto que no podemos intervenir ni transformar.
8. ¿Cómo explica Ud. ese rasgo, que se puede ver, por ejemplo, en página 43 al hablar de Kattia Yorleni, o en página 164, al hablar la Uno en la investidura de la rectorina?
–La presencia del lenguaje chusco es una característica recurrente en la obra. Observe usted que incluso uno de los personajes padece una enfermedad que consiste cabalmente en no poder contener el exabrupto vulgar o coprolálico. También hay mucho diálogo de cantina y en las cantinas no se habla muy buen francés; menos entre gentes de baja ralea como los que por allí circulan. No obstante, también hay muchos capítulos vinculados a lo científico, a lo académico, a lo artístico y allí predomina un lenguaje culto. Cada cosa en su lugar y pienso que el lenguaje empleado es lo que más cuidé. Cuando los hechos evocados son deleznables o inmorales, el lenguaje puede subir de tono, puede hasta ser soez. Pero eso ya no asusta a nadie.
UNA VALORACIÓN DEL AUTOR
Se dice que no corresponde al autor valorar su propia obra. No quisiera pedirle un juicio sobre el trabajo sino más bien un juicio sobre la manera en que ha sido recibido. En el campo de la comunicación tenemos claro que un mensaje se hace al encontrarse con su interpretante, con el lector. Con base en estas consideraciones quisiera preguntarle lo siguiente:
9. ¿Ha sido bien interpretada su obra?
–Han sido muy notables las valoraciones que hicieron Carlos Catania, Mario Zaldívar, Miguel Salguero y José Eduardo Mora, de hecho prohibidas en varios medios de la prensa comercial. También valoro las apreciaciones justas pero lacónicas, del jurado que declaró el libro Premio Nacional de Literatura. Las críticas de internet fueron muy pobres, muy sesgadas, poco literarias y algunas, como dijo Alberto Cañas, “la ocurrencia más insólita y disparatada de que haya memoria”. Hubo quien dijo que en tres meses ya nadie se acordaría de La rebelión de las avispas y ya vamos para un año, se sigue editando y la habladera no para. De quien no me acuerdo es del que lo dijo. Creo finalmente que la mejor interpretación la han hecho mis lectores, el público mondo y lirondo, que ya agota dos ediciones, amenaza con pedir una tercera y todo esto sin un solo anuncio pagado por la editorial, ni librería ni ong alguna.
10. ¿Ha producido su obra un efecto en la sociedad costarricense?
–Espero que lo produzca. Yo no creo que los libros cambien la realidad, pero sí estoy seguro de que orientan las conciencias y esto a largo plazo produce cambios en las gentes. Hay muchos tumores sociales que el libro crítica y estoy seguro que los miles de lectores que pasaron por él no van a salir de sus páginas como si nada. De hecho, ya dos hombres fueron salvados de una acusación por supuesto acoso sexual al rechazarse la versión de la mujer víctima como “santa palabra” que fue la tesis jurídica que le impusieron al Renco Bolaños. O sea, que se ha empezado a creer que las mujeres también pueden mentir y que por tanto debe exígirseles la prueba. Eso es un cambio de jurisprudencia concreto.
11. ¿Le preocupa a Ud. que algunas personas se hayan sentido ofendidas por lo que se dice en su obra?
–Solo me preocuparía que fuesen personas completamente inocentes de lo que la ficción narra y que, por alguna generalización, se vieran erróneamente reflejadas. He procurado, como dice Catania, que a quien le cae el zayo se lo ponga y a quien no, no. Espero que nadie se vista con el traje que no le corresponde. En todo caso, se trata de una pieza literaria, de una imaginación mía y, como dijo Flaubert: hasta la Terciopelo soy yo.
12. ¿Corregiría Ud. en su obra algún punto con el cuál no se siente satisfecho?
–No la he leído ya publicada y no tengo la menor intención de hacerlo. Cuando vaya por la décima edición, como dijo Catania, talvez la revise. O ya me habré muerto.
Agradezco a don Carlos su buena voluntad de venir hasta nuestra Escuela de Ciencias del Lenguaje a conversar sobre su obra La rebelión de las avispas, es decir a hablar sobre la actualidad universitaria y social de Costa Rica.