Yo sé muy bien que a mis amigos les va a provocar una gran sonrisa el saber que tengo nuevo libro. Y también sé que a mis enemigos se les revolverá la tripa. Pero no puedo dejar de compartirlo, porque, primero: siento un gran placer de ver concluida una tarea que me ha costado muchos años y, segundo, porque creo que será una obra bella que le rinde homenaje al gran dibujante Hugo Díaz, al tiempo que retrata con incisiva pluma, una época crucial de la historia contemporánea.
Digo que mis amigos se sonreirán, porque no entienden cómo puedo estar tan productivo ya en el piso 7, pero lo que pasa es que un escribidor, como el firmante, se la pasa escribiendo siempre, y cuando digo siempre, es siempre. Tengo la suerte de poder dedicarme a este oficio en forma exclusiva, y eso quiere decir que emborrono pantallas todos los días, y por ende, de mi gaveta pueden salir proyectos literarios en cualquier momento, y también cuando menos se los espera. En tales circunstancias, nada tiene de raro que mi próximo libro, Díaz, de turbulencia, sea el número 26 de mi trayectoria y eso es lo que pudre a mis enemigos, si es que los tengo, porque la verdad, no los contabilizo. Se trata esta vez, de una larga crónica (más de 400 páginas), con los dibujos y recuerdos de El Zapallo de Lata, una sección humorística del Semanario Universidad que le sacó las castañas a más de un incauto que deambuló por estos lares entre 1979 y 1985. Por gentil intervención del historiador Vladimir de la Cruz, la obra me la ha solicitado la EUNED, que es la más importante editorial de Centroamérica y esperamos que pueda llegar al público en el 2024. Creo que se van a divertir… viendo a otros sufrir. Les dejo por ahora una muestra de lo que verán en el libro. Hay más de 200 genialidades como estas, por supuesto de Díaz Jiménez, quien es el culpable de lo que parecía una falta de ortografía en el título. En todo el mundo se celebraron esta semana los primeros 50 años de la muerte de Salvador Allende; el gobernante que pretendió un mundo socialista, y más justo, sin el apoyo de los ejércitos.
La potencia norteamericana, capitaneada por un tal Nixon, que pocos recuerdan, pues fue defenestrado por sus propios jueces, decidió aplastar la utopía del Presidente de Chile, y lo bombardeó desde el aire después de estrangular la economía. Esta foto muestra su despacho restaurado en La Moneda. Al frente del edificio hay un monumento de su figura, y atrás, un enorme museo de la memoria que repasa los hechos de su vida y el vil ataque estadounidense dirigido por la CIA. Durante el gobierno de Michelle Bachelet, aparecen: embajador Aníbal Palma, María Quirós Grau, Carlos Morales y Andrés Velasco, Ministro de Hacienda en 2006. Pasó medio siglo, y Allende sigue vivo. ¿Y los otros? El pasado 16 de agosto falleció, en San José, la compañera Sonia Isabel Mora Mora, integrante de la graduación 1965 del Liceo Napoleón Quesada.
Todos sus compañeros de colegio se dieron cita, en la iglesia de Guadalupe, para despedirla durante su honra fúnebre, y, aunque era una tarde de dolor, se aprovechó para tomar esta fotografía que revela el cariño y la solidaridad que prevalecen en ese grupo, a pesar de que pasaron 50 años de haber compartido las alegrías de la juventud. Al lado de sus hermanos, hijos, nietos y demás parientes, estuvimos todos en un fuerte abrazo de solidaridad y condolencia. El Semanario Universidad acaba de publicar un artículo del dueño de esta página sobre el contradictorio y polémico gobierno de Rodrigo Chaves.
Léalo en: https://semanariouniversidad.com/opinion/limpiar-las-adherencias-politicas-siempre-sera-bueno/ El Semanario Universidad ha publicado hoy un artículo de Carlos Morales sobre los aciertos y desaciertos del gobierno Chaves Robles, Léalo en la siguiente dirección:
https://semanariouniversidad.com/opinion/gobierno-da-una-rara-sensacion-de-despiste/ Carlos Morales La libertad de expresión y pensamiento es la madre de todas las libertades. Cobija a todas las otras (religión, comunicación, prensa, credo, publicación, movimiento, etc.), y por ella debemos dar hasta la vida, según recomienda el Quijote, y enfatiza Voltaire. Pero esa libertad no es solo para los diarios, como pretende y coarta la sala, y aunque es preferible “diarios sin gobierno” que lo contrario, según dijo Thomas Jefferson, se equivoca el tribunal constitucional cuando, en nombre de la libertad de expresión, le limita la libre expresión al Presidente Rodrigo Chaves, por más contumaz que este sea. El lenguaje es el vehículo de ese derecho y libertad primera, del libre albedrío y, por eso, demanda TOTAL libertad. Sus excesos o extralimitaciones los regularán las leyes y, por ende, deben ser ventilados en los tribunales comunes. La Sala Coarta no puede, ni debe, meterse en asuntos de urbanidad ni de buenos o malos modales. Su manual es la Constitución Política y no El Carreño. Si Chaves insultó a alguien, pues al Procesal Penal, pero su lenguaje no puede ser coartado por un tribunal que pareciera plegarse cada vez más a uno de los dos bandos en lucha: La Nación y los medios ricos contra el gobierno. Lo verbal se responde con un mejor argumento y lo injurioso con el juicio penal. Los calificativos de Chaves son un piropo si se comparan con los que corren en cualquier sesión del parlamento de España. En este programa toqué un poco ese tema. El periodista cultural José Eduardo Mora, Premio Pío Víquez 2018, emprende ahora un nuevo proyecto de difusión y diálogo en los medios de comunicación.
Se trata de VIDAS PARALELAS, una convocatoria de líderes, pensadores, creadores de cultura –en su sentido amplio– para que divaguen sobre la realidad nacional y algo más. Él piensa que hace falta esa provocación intelectual en un país muy adormecido y ha puesto manos a la obra. Para empezar tan encomiable nueva misión, ha incorporado a su colega Roberto Acosta y, en una hora de televisión, han acorralado a preguntas al escritor Carlos Morales, de cuya plática nadie se pone a dudar. El resultado es un programa muy interesante, vivaz, lleno de apreciaciones controversiales que abordan lo mismo el gobierno de Rodrigo Chaves que la irrupción de las redes sociales, o la batalla del diario La Nación contra su tan anunciada muerte, sin dejar por fuera la literatura nacional y la pandemia de tontería que sufre la humanidad entera. La charla fue antes del Cindazo, el FODazo y el descalabro en el Ministerio de Seguridad. Por eso no se tocaron. En este enlace podrá encontrar el lector la conversación completa: https://youtu.be/lAmsdAH3LiM Con motivo del Día Internacional del Libro (que por argucias del mercadeo se ha convertido ya en un mes completo), la Librería Lehmann convocó un “tour literario” al que los autores fueran a mostrar y firmar sus títulos. Se tomaron la molestia de invitarme. Nunca me ha gustado esa exposición solitaria ante una mesa a la que nadie se arrima, pues la gente sabe que le van a vender algo. Sin embargo, esta vez, había algunas razones para aceptarlo: 1- siempre es justo y necesario promover el libro, mondo y lirondo, frente a la avalancha de los celulares y, 2- era buena ocasión para reanudar los lazos antiguos entre Lehman y mi Editorial, suspendidos dos años por culpa de la pandemia.
Bueno, el show transcurrió feliz el sábado anterior, y llegó más gente de la que yo esperaba. No es que era una fila tipo Coello, Bad Bunny o G.Clooney, no, no; pero fue realmente gratísimo abrazar a un montón de amigos que tenía añales de no verlos. Como una enseña de mi agradecimiento, aquí les dejo unas fotos y les aseguro que en Facebook/prisma encontrarán otro tanto. C.M. Este artículo, de cariño y homenaje ante el fallecimiento de Claudio Gutiérrez, fue concebido para el Semanario Universidad, y se publicará en Forja la próxima semana. No obstante, la velocidad de los medios digitales se anticipó un poco y ya circula por varios de ellos. Si Ud. no quiere esperar, y no tiene conflicto con los formatos electrónicos, lo puede leer ya en:
https://eljornalcr.com/la-inteligencia-natural-de-claudio-gutierrez/ https://www.elpais.cr/2023/03/14/la-inteligencia-natural-de-claudio-gutierrez-c/ |
Por una bio-pic del autor haga clic
InformaciónEsta página del escritor costarricense Carlos Morales fue inicialmente confeccionada a partir de una bio-bibliografía realizada, para la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica, por la entonces alumna Ana Ruth Sanabria Méndez, en mayo de 2001. Con el paso de los años, se le agregaron otros contenidos y se ha actualizado con la obra periodística y literaria del autor.
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