Carlos Morales
Solamente porque siento un respeto muy grande por mi estadista inspirador y su tierra natal, no he querido escribir un artículo proponiendo que ya los Estados Unidos de Norteamérica podrían aspirar a ser como Venezuela, la tierra de sus desvelos. Si no fuera por eso, hubiera dicho que, para resolver la crisis imperante hoy en USA, se podrían mantener dos Presidentes de facto: uno, el elegido por 80 millones de votos y ratificado por tribunales, cámaras, caucus, etc. y otro, que no quiere jalar y que podríamos llamar el “presidente encargado”, como hicieron los mismos confederados de Washington con el acezante White Dog, que se mantuvo cuatro años en las márgenes del poder caraqueño, pero con el reconocimiento de casi 50 naciones, aunque otras 190 lo desconocían, y ahora lo desconocen todas… (El Grupo de Lima le seguiría siendo fiel.). Así, tendríamos que Joe Biden gobernaría con todos los poderes a la mano, y el orate Trump seguiría gritando en los alrededores del Mall. Esto sería hasta que se cansara y, ya sea que Melanie lo interne en un manicomio o que los juicios incoados rindan sus frutos y lo pasen a la de Alcatraz. Donald contaría de inmediato con el reconocimiento de la OEA, y Biden se quedaría con el de la ONU, la OTAN, la OCDE y demás siglas imperantes en el mundo civilizado. Después de todo, desde aquel “America for the americans”, de Monroe, los gringos se han querido parecer siempre a la gran Venezuela y por eso la han tenido bajo la mira, y si no hubiera sido por la ideología anfictiónica de mi admirado Simón Bolívar, hoy todos estaríamos aquí hablando inglés, en vez de pachuco. Ya Trump sabe como se hace eso de los reconocimientos diplomáticos y los atentados con drones (que lo diga Maduro), de modo que no le va a costar mucho acostumbrarse a seguir haciendo de payaso como con tanto desmadre lo ha hecho por cuatro años. Todo eso podría decir, pero no creo que mi admirada Venezuela de Bolívar quiera compararse con la nueva banana republic del norte. Y por eso me callo. 7-1-21. ![]() En una época en que la gente alfabetizada apenas comprende un párrafo de pocas líneas, y parece volver al oscuro tiempo de los gruñidos, el libro sigue vivo como instrumento de sabiduría. Apunta el escritor y sociólogo Rogelio Cedeño, al analizar LA PASION DEL LIBRO en un artículo para El País. https://www.elpais.cr/2020/12/14/acerca-de-un-alegato-apasionado-sobre-el-libro-impreso-y-la-lectura/ El jornal literario es un nuevo suplemento digital donde tendrán cabida temas profundos vinculados a las artes. El periodista José Eduardo Mora es el padre de la criatura y ha decidido inaugurarlo con un artículo sobre la vasta obra del novelista Mario Zaldívar titulado “La cultura del bailongo”. Disfrútelo en esta dirección:
http://eljornalcr.com/la-cultura-del-bailongo/ Carlos Morales No se han definido las elecciones en USA cuando escribo estas líneas, pero ya es cuestión de horas para que el demócrata Joe Biden supere, en los cuatro estados clave, al vociferante Presidente derrotado. Al final de cuentas, los resultados no se alejan mucho de las criticadas encuestas, y el alocado gobernante perderá por una diferencia de más de 4 millones de votos, lo que refleja que solo la mitad del pueblo norteamericano se merece al imbécil destructor que metió por cuatro años en la Casa Blanca. Lo que interesa hoy es lo que va a pasar. Nadie piensa que los reclamos judiciales de Trump encontrarán asidero alguno en las legislaciones estatales que estaban previamente acordadas, y en un complicado sistema bipolar y caduco de votación que data de 1787. Lo que sí podemos anticipar es que todos los berrinches del zanahorio republicano le han propinado un daño terrible a la muy cacareada democracia norteamericana y, en cierta forma, implican un proceso de decadencia del imperio que difícilmente se pueda revertir. Eso es lo que pasa siempre cuando se mete a un payaso en la jaula de los leones o cuando se le pide a los elefantes que hagan el número del trapecio: se cagan en el circo. Trump, con su retahíla de mentira, insultos y estupideces (véase Not, never Trump…) , ha dejado por el piso la blanca casa de los padres fundadores. Y no es cuestión de una pintada, pasaran años para que recobre su brillo. Si es que lo recobra. En cuanto al bocón de la sin razón, tiene sus días de libertad contados, pues por sus negocios con las mafias, sus declaraciones falsas al IRS (Internal Revenue Service) y las deudas con banqueros alemanes y otros glotones rusos, puede terminar en la cárcel. Y si lo examinan bien por su enfermedad narcisista y arrebatos de lo absurdo, también puede parar en algún loquero de Palm Beach, donde ni Melanie quiera darle la mano. A los memes me remito… PS: Para ver todos los detalles sobre las tesis del autor, visite: https://www.lavanguardia.com/internacional/20201103/49202841449/trump-carcel-casa-blanca-fraude-fiscal.html
Los últimos cinco libros del escritor Carlos Morales.
El laureado novelista Mario Zaldívar comentó así el título más reciente de Carlos Morales: https://semanariouniversidad.com/suplementos/loslibros/un-ego-prolifico-y-versatil/ Carlos Morales
Esto que les voy a transcribir no me lo van a creer… Se van a caer de espaldas, pero, es tan cierto, como la gente que lo dice, y como la fuente que lo respalda. Léanlo despacito, palabra a palabra: Abro comillas: “Mensaje a los padres: Hoy en día, ya la gente no respeta nada. Antes, poníamos en un pedestal la virtud, el honor, la verdad y la ley… La corrupción campea en la vida americana de nuestros días. Donde no se obedece otra ley, la corrupción es la única ley. La corrupción está minando este país. La virtud, el honor y la ley se han esfumado de nuestras vidas” Declaraciones de Al Capone al periodista Cornelius Vanderbilt Jr. Entrevista publicada en la revista Liberty el 17 de octubre de 1931,unos días antes de que Al Capone marchara preso”. Cierro comillas. La cita la he rescatado del libro Patas arriba del célebre pensador uruguayo Eduardo Galeano, y es solo para ilustrar el mundo loco de lo inverso que habita el Presidente de los Estados Unidos, y el absurdo trabuco que deben soportar sus conciudadanos en toda la Federación. Cuando su país es la nación más enferma del mundo, con 7 millones de contagiados de Covid, 35.000 más cada día, y unos 200.000 muertos, él asegura que “todo va muy bien, que estamos ya doblando la esquina de la pandemia. Tremendus job”. Cuando sus asesores científicos del Task Force le señalan que no habrá vacuna hasta en el año 2021, él asegura que “la tendrá en octubre, que los médicos están mal informados”. Cuando llega a California, y en medio de los incendios más bestiales de Oregon, San Francisco y Los Ángeles, un periodista le pide opinión sobre el cambio climático, afirma que eso no es real y que ya pronto se apagan, que la ciencia no sabe de eso (cif). Asegura el fireman D. Trump que “no se debe crear pánico por la pandemia, que no hace falta la mascarilla y que con una inyección de cloro se puede atajar el virus”. Opina que “puede comprar Groenlandia o cambiarla por el sucio Puerto Rico, que sus Generales del ejército son una pandilla de gallinas” y que los latinos que llegan a salvar cosechas “son unos terroristas y violadores”. Ah, y definió a su esposa “como unas buenas tetas con nada de sesos”. ¡Habrase visto mayor imbecilidad! Pero ahí no termina la cosa. Sigue peor cada día. Cuando el periodista Bob Woodward denuncia en un libro, que se hizo el ruso con la peste para proteger la economía, afirma que Bob es el culpable, por no haberlo publicado antes. También sostiene que “en noviembre habrá fraude electoral, porque el voto por correo es engañoso”. ¡Pero él mismo votará por correo! Es un mundo patas arriba, donde el gobernante intenta poner todo al revés. Por conveniencia o por estulticia. Hace flotar al hierro y que se hunda el algodón. Un Al Capone repartiendo escapularios, solo que ahora no es en Chicago, sino en el Distrito de Columbia. Y en la campaña contra Biden dice: “Yo soy la ley y el orden, Joe, el sleeper, es el caos”. Ni siquiera se da cuenta del caos que lo rodea. El mundo espera que los votantes lo aplasten. Es lo que se merece. Y como el cuervo de Edgar Allan Poe, acabo afirmando: “Shall be lifted, ¡never more”! Un aviso sorprendente, en el diario digital CRhoy, me incita a recordar la gran lucha mundial de los años 80, por el derecho a la información y las comunicaciones, que, a pesar de toda la argumentación y sabiduría reunidas (Comisión Mc Bride encabezada por la UNESCO, García Márquez y Sean Mc Bride, entre otros), fue derrotada por las grandes corporaciones informativas, la SIP, y los imperantes gobiernos de derecha como Pinochet, Tatcher y Reagan.
El aviso está activo y dice más o menos esto: “la información inmediata y veraz es un derecho, no pague por ella”. Lea el artículo completo en.... https://semanariouniversidad.com/opinion/la-informacion-es-un-derecho-humano-y-el-periodismo-un-servicio-publico/ En medio de la gran crisis por la COVID19, el libro puede ser una buena respuesta, asegura Carlos Morales, autor de esta obra. Según ha venido informando nuestra casa editorial (Facebook/Editorial Prisma), el nuevo ensayo del autor, LA PASION DEL LIBRO, está en su etapa final de confección en Imprenta Lara Segura.
Será un texto breve de 120 páginas, donde Carlos Morales habla de sus faenas y gustos como lector, escritor y amante de los libros, La construcción, diseño y elegancia del volumen está a la altura de las mejores empresas editoriales del mundo. Desde la propia imprenta hemos rescatado esta muestra de la carátula con sus detalles de solapas y contra tapa. Ella da una idea de lo que es el producto, característica de los libros de Prisma, cuyo trabajo artístico corre a cargo de Carlos A. Morales Quirós. Al recordar los cien años del nacimiento del ilustre escritor, les regalamos esta columna suya a los politicos y políticas, bateadores y bateadoras, pochos y pochas, que se viralizan en nuestro medio.
CHISPORROTEOS Me resultó interesantísima la lectura de la columna que escribió el pasado domingo el filólogo Diez Losada sobre la monomanía que les ha dado a algunos de decir "los y las", confundiendo así el sexo fisiológico con el género gramatical, siendo como son dos cosas que no tienen relación entre sí. Prueba de ello es que quienes se empeñan en que digamos "los y las costarricenses", no nos exigen decir "las y los águilas". • Indudablemente, quienes propulsan esas barbaridades lingüísticas son gente abiertamente anglófila, y lo atribuyo al hecho de que el idioma inglés no tiene (o casi no tiene) géneros, pero esa anglofilia militante nos está llevando al mal empleo de ciertas palabras. • En español, el sexo es la condición fisiológica, con que nacen las criaturas masculinas o femeninas, y los órganos que la determinan. El encuentro sexual de la pareja se llama científicamente coito (palabra poco usada fuera de la literatura científica), y la literatura lo ha llamado, un poco poéticamente como corresponde, acto de amor, hacer el amor, y otros eufemismos que buscan ser agradables. En inglés lo llaman "to have sex", y aquí nos ha dado por decir, anglicadamente, "tener sexo", que es algo que tenemos desde antes de nacer, y sólo mediante complicadísimas operaciones quirúrgicas podemos dejar de tenerlo. • El otro anglicismo es decirle género a lo que, según quedó explicado y lo explicó bien Diez Losada, se llama sexo en español. Pero es que en inglés, el sexo, la condición fisiológica con que nacemos, se llama "gender", de manera que las criaturas pertenecen al gender masculino o al gender femenino. Y quienes se empeñan en alterarnos el idioma castellano para que digamos los y las, han decidido adoptar el anglicismo y decirle género al sexo, olvidando que género es en español un concepto gramatical y no fisiológico. • Ahora bien, el género, en español, no tiene nada que ver con el sexo. Si lo tuviera yo querría que alguien me explicara la razón por la cual la silla es femenina y el sillón es masculino; por qué la cama es femenina y el diván es masculino; por qué la luna es femenina y el sol es masculino, cuando en alemán es todo lo contrario; a qué se debe que el río sea masculino y la acequia femenina; por qué diablos es femenina la calle y son masculinos el camino y el sendero; qué explicación tiene eso de que el cuchillo es masculino y la cuchara femenina; quién decidió que fuese masculino el tren y femenina la locomotora; porque las películas son femeninas y los filmes masculinos; y en última instancia, si alguien ha ordenado que la de las mujeres se llame cara y el de los hombres rostro. • "En la lucha tenaz de fecunda labor que enrojece del hombre y de la mujer la faz, conquistaron tus hijos y tus hijas, labriegos sencillos y la-briegas sencillas, eterno prestigio, estima y honor". A esto no le pone música ni Anton Webern. |
InformaciónEsta página del escritor costarricense Carlos Morales fue inicialmente confeccionada a partir de una bio-bibliografía realizada, para la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica, por la entonces alumna Ana Ruth Sanabria Méndez, en mayo de 2001. Con el paso de los años, se le agregaron otros contenidos y se ha actualizado con la obra periodística y literaria del autor.
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