Por supuesto que el título de mi libro, EL CEMENTERIO DE LOS ESCRITORES OLVIDADOS, es una alusión –directísima– a la obra del novelista catalán Carlos Ruiz Zafón.
Pero no es una copia vil, de hecho, no hay ningún otro libro, salvo el mío, que lleve ese título, aunque la consagratoria saga de Ruiz Zafón sí se llama casi igual: El cementerio de los libros olvidados, y allí es donde está el tributo, como se explica en mi cortísimo ensayo. Aunque me negué a leer a Zafón mientras la campaña mercantil de La sombra del viento, estaba en funcia, cuando superé los cuatro tomos, hace apenas unos días, llegué a la conclusión de que es un Artista, y creo que es lo máximo a que puede aspirar un escritor de ficciones. Desde esa lectura, pude tirar parangones hacia otros universos y autores. Así, comencé un ejercicio de búsqueda y crítica que más que respuesta, es una sucesión de opiniones y preguntas. Todas en torno al buen contar, al escribir bien, al estilo, al don que he llamado el lenguaje mismo como arte. En última instancia, la belleza, que es la gran meta de todo escritor: crear música y emociones con las palabras. Eso es el ensayito, solo que me salí del tema, y entré en otras valoraciones más actuales y picantes. Y si alguien brinca y se arma la polémica, pues creo que nada mejor le podría pasar a nuestra adormecida parroquia literaria En el Facebook del reportero Arturo Gudiño (esto es un elogio, no el insulto profesional que nos receta Canal 6), ya hay una opinión valiente y directa como para comenzar. El próximo libro de Carlos Morales, que anuncia la Editorial Prisma para este mes, es un ensayo literario sobre libros y escritores hispanoamericanos y nacionales. En sus portadas el editor afirma que es:
“Una visión general de la literatura, con sus grandezas y sus miserias, con sus protagonistas más distinguidos y sus diletantes o merodeadores. En muchos casos con nombres y apellidos, en otros, con vacíos deliberados y cierto humor ácido. En ese ejercicio valiente y libre del criterio, que ha caracterizado su trayectoria como escritor y periodista, Carlos Morales nos ofrece un ensayo literario que despertará controversias y también, sin duda, muchas adhesiones”. También la obra incluye un total de 21 fotografías que ilustran hechos de la época que analiza. Tal es el caso de esta gráfica, donde aparecen Francisco Amiguetti, Alberto Cañas, Carmen Naranjo y Guido Fernández durante el acto inaugural de una semana de actividades artísticas auspiciada por el diario La Nación en 1974. Algunos lectores amigos se han confundido con la pronta aparición de mi nuevo libro. Y tienen toda la razón.
Es que no es un libro, sino dos. Y perdonen mi productividad. Me explico: En primer término, se metió a la imprenta la obra DIAZ, DE TURBULENCIA, que es una investigación extensa sobre una columna humorística que publicó el Semanario Universidad entre 1979 y 1985. Este es un volumen ambicioso, que reúne 224 dibujos del caricaturista Hugo Díaz, con el acompañamiento explicativo del autor, en una vasta crónica de carácter histórico sobre ese periodo de gran inquietud para Centroamérica, pues los Estados Unidos minaron sus aguas y estuvieron a punto de invadirla. El humor brillante de Díaz condecora a los personajes de aquel tiempo que perpetraron meteduras de tobillo en sus actividades más diversas, lo cual quiere decir que abarca lo artístico, lo deportivo, pero sobre todo lo político. Deben ser más de 300 páginas y será una producción de la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED), a cargo del ahorita poeta lauredado Gustavo Solórzano. Por la complejidad de su construcción, este libro verá la luz hacia finales del año. Por otra parte, en la Editorial Prisma, donde, como se sabe, este autor tiene sus influencias, se encuentra en proceso de diseño, el libro EL CEMENTERIO DE LOS ESCRITORES OLVIDADOS, un ensayo personalísimo sobre la literatura y los escritores tanto del Boom como del parnaso local. Por cierto, tema que se ha puesto de moda. Se trata de un ensayo literario, a vuelapluma, donde el autor deja ver sus gustos y aversiones, con cierto humor y sin pelos en la lengua. Aquí también concurren los años 70 como protagonistas del análisis. Se revive un periodo cultural de efervescencia en la vida artística de Costa Rica, desde antes de la fundación del Ministerio de Cultura hasta la actualidad. Personajes, acontecimientos y obras literarias, desfilan o destilan por la afilada pluma de Carlos Morales, quien nos incluye un álbum de fotos para que veamos que nada es mentira. Este será un tomito de muy pocas páginas, de lectura fácil y muchos muertos, por lo que entrará en las librerías del país antes de que llegue la Semana Santa. Ronald Reagan Un divertido desfile de carnaval, con los grandes personajes de la política nacional e internacional de los años 70, es lo que rescata el nuevo libro de Carlos Morales que será publicado por la EUNED en el curso de este año.
Oficialmente, el director de esa institución, Gustavo Solórzano, dio la voz de arranque de la producción de la obra, que lleva por título DÍAZ, DE TURBULENCIA, y que comprende 240 dibujos del célebre caricaturista, enmarcados en una crónica histórica de Morales, quien da cuenta de lo que fue la sección periodística El zapallo de lata, publicada en el Semanario Universidad entre 1979 y 1985. Además de la brillantez de los dibujos, la obra se convierte en un retrato de la época más turbulenta vivida por Costa Rica desde los sucesos de 1948. Según el señor Solórzano, quien asumió personalmente el cuidado y dirección del proyecto, estará terminada para fin de año y encargó de la ejecución técnica al especialista Elí Marín. Allí se contará por qué el novelista Joaquín Gutiérrez fue partero de la criatura, qué tuvo que ver el Enano Maldito con ella, cuántas amenazas recibió y cómo la UCR ordenó su clausura en 1985. Este no será el único libro de Carlos Morales en 2024, pues ya la Editorial Prisma prepara un ensayo literario que lleva por nombre EL CEMENTERIO DE LOS ESCRITORES OLVIDADOS, pero será en la página de esa empresa donde se den los detalles de esa obra. El presidente del Consejo Editorial de la EUNED, Lic. Vladimir de la Cruz, cree que es posible montar una exposición de homenaje a Hugo Díaz con las caricaturas que comprende el libro o por lo menos con una parte de ellas. Si bien no es para nada costumbre, que este sitio web se ocupe de asuntos familiares, hay momentos que, por su emoción y trascendencia, rebasan las fronteras de la intimidad y es conveniente recogerlos, aunque sea, en una foto.
Es el caso de la fiesta navideña del 2023, donde la familia, en pleno, le rindió tributo a la Madre, quien acaba de superar una penosa y larga enfermedad y, aun así, compartió todo el día con sus hijos y nietos. La wonder woman –como la bautizaron las impecables enfermeras de Hospital Calderón Guardia, por sus ojos azules– dio muestras de una valentía y fortaleza marvelianas, y recibió el aplauso y la salud de todo su entorno. Como ese elenco y la armonía familiar –denominados el equipo de apoyo–, son la obra que más enorgullece al creador de esta página, había que dar noticia al público. Aunque fuera en una instantánea, donde logra meterse, a última hora, el fotógrafo homónimo (arriba a la izquierda). ¡Muy feliz Navidad y Mejor Año Nuevo 2024! Con una celeridad impresionante, que se agradece sobremanera, el Consejo Editorial de la EUNED, por gestión de su presidente, don Vladimir de la Cruz, aprobó este 1 de noviembre la publicación del libro DIAZ, DE TURBULENCIA, que contiene 224 caricaturas del laureado artista Hugo Díaz. La obra es una crónica de Carlos Morales sobre la sección humorística El Zapallo de Lata, la cual se publicó durante siete años en el Semanario Universidad, con la presencia casi siempre del pintor Díaz, sin duda el mejor caricaturista del país. El relato menciona los orígenes de la gacetilla en 1979, recupera su trayecto y también su sufrida muerte en 1985. El conjunto de apuntes históricos, humorísticos, y los dibujos de Díaz, terminan ofreciendo un mural o panorámica de lo que fueron esos años en que se pidió el armamentismo de Costa Rica, y se intentó varias veces una invasión norteamericana. En medio del chiste sarcástico y la burla a los políticos que metían la extremidad, hay un ambiente de guerra que no estuvo exento de muertes y persecuciones. Autorizada la publicación, por la que se considera la más importante editorial de la región, vendrán ahora las reuniones con su director Gustavo Solórzano, para coordinar el desarrollo del producto impreso, que tendrá más de 300 páginas, y, posiblemente, algún acto de homenaje al dibujante, fallecido en 2001. El pasado mes de octubre, el autor Carlos Morales le hizo entrega a Vladimir de la Cruz, presidente de la EUNED, una copia del texto original.
Como una pica en Flandes, como una cereza culminante, he pescado esa foto del trabajo terminado, del camino recorrido, para que no se me olvide que ya es hora de empezar el nuevo. La cumbre de papel ha de pesar como un saco de cemento.
Son 12 tomos de periódicos investigados, seleccionados, ordenados, clasificados, y convertidos en una larga crónica ilustrada de lo que fue un tiempo peligroso para Costa Rica (1979-1985), todo condimentado con el humor y el trazado artístico del mejor caricaturista del país, el genial Hugo Díaz. Se trata de mi próximo libro DIAZ, DE TURBULENCIA, que aparecerá el año entrante y me ha sido solicitado expresamente por la EUNED, la más importante casa editorial del istmo. Será un trabajo meticuloso que le rinde homenaje a Díaz, revive las tormentas políticas y militares de la época, y se engalana con 224 dibujos del artista. Desearía que todo ese peso de tinta se convierta en aporte histórico. Carlos Morales
Dígame usted, amable lector: ¿qué clase de guerra puede ser una guerra en la que uno de los comandantes en jefe, presidente de la Nación, y en pleno combate armado contra una potencia mundial, se ha pasado toda la guerra del sillón al avión, y del avión al sillón, y de país en país, y de continente en continente, viendo como muere su pueblo indefenso bajo las armas de un supuesto contendiente? Y más pior, como diría nuestro pueblo, se ha pasado dos años viajando la guerra entera, con las manos extendidas, clamando por más armas de cualquier marca y tales armas están apareciendo ya en algunos países africanos, donde la industria armamentista está siempre impulsando matazones y conflictos. Me van a perdonar, pero a mi Volodymyr Zelenski, Presidente de Ucrania, me parece un payaso. Y sé que no se sentiría ofendido si leyera este calificativo, pues tal es su profesión u oficio, y lo he visto en sus shows televisivos de vulgaridad antes de incurrir en la peor velada que alguien lo ha puesto a jugar. No quiero entrar a analizar los orígenes de esta tonta matanza, porque son problemas de geopolítica que mi caletre de novelista talvez no comprenda bien, pero sí puedo asegurar que permitir que la sangre siga corriendo, después de dos años y medio, es una soberana estupidez que alguien, con mando, tiene que parar, y no será el cómico de Servant of the people, porque ese es evidente que no tiene ningún mando. Putin se metió en un territorio ajeno porque sintió sus barbas amenazadas, creyó que el operativo sería fácil y no lo fue, pero conquistó inmensidad de territorio que ahora no va a entregar fácilmente. De modo que la única salida NO ESTÚPIDA para este derramamiento de sangre, es la negociación, y esperamos que ya la Unión Europea se lo esté recomendando a la OTAN, que es el otro ejército en guerra, aunque use mercenarios y voluntarios de otros países. Armados y entrenados por los Estados Unidos. Iba a ponerle un punto final a esta cuartilla, cuando se produce la estupidez musulmana contra Israel y luego la de ese país contra Gaza. La estulticia ha tomado al Mundo. Mejor me callo. Yo sé muy bien que a mis amigos les va a provocar una gran sonrisa el saber que tengo nuevo libro. Y también sé que a mis enemigos se les revolverá la tripa. Pero no puedo dejar de compartirlo, porque, primero: siento un gran placer de ver concluida una tarea que me ha costado muchos años y, segundo, porque creo que será una obra bella que le rinde homenaje al gran dibujante Hugo Díaz, al tiempo que retrata con incisiva pluma, una época crucial de la historia contemporánea.
Digo que mis amigos se sonreirán, porque no entienden cómo puedo estar tan productivo ya en el piso 7, pero lo que pasa es que un escribidor, como el firmante, se la pasa escribiendo siempre, y cuando digo siempre, es siempre. Tengo la suerte de poder dedicarme a este oficio en forma exclusiva, y eso quiere decir que emborrono pantallas todos los días, y por ende, de mi gaveta pueden salir proyectos literarios en cualquier momento, y también cuando menos se los espera. En tales circunstancias, nada tiene de raro que mi próximo libro, Díaz, de turbulencia, sea el número 26 de mi trayectoria y eso es lo que pudre a mis enemigos, si es que los tengo, porque la verdad, no los contabilizo. Se trata esta vez, de una larga crónica (más de 400 páginas), con los dibujos y recuerdos de El Zapallo de Lata, una sección humorística del Semanario Universidad que le sacó las castañas a más de un incauto que deambuló por estos lares entre 1979 y 1985. Por gentil intervención del historiador Vladimir de la Cruz, la obra me la ha solicitado la EUNED, que es la más importante editorial de Centroamérica y esperamos que pueda llegar al público en el 2024. Creo que se van a divertir… viendo a otros sufrir. Les dejo por ahora una muestra de lo que verán en el libro. Hay más de 200 genialidades como estas, por supuesto de Díaz Jiménez, quien es el culpable de lo que parecía una falta de ortografía en el título. |
Por una bio-pic del autor haga clic
InformaciónEsta página del escritor costarricense Carlos Morales fue inicialmente confeccionada a partir de una bio-bibliografía realizada, para la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica, por la entonces alumna Ana Ruth Sanabria Méndez, en mayo de 2001. Con el paso de los años, se le agregaron otros contenidos y se ha actualizado con la obra periodística y literaria del autor.
|