Un extenso artículos sobre el libro DIAZ, DE TURBULENCIA, publicado por la EUNED, acaba de ser editado en el Semanario Universidad por el periodista José Eduardo Mora. Lo puede leer en la siguiente dirección: https://semanariouniversidad.com/cultura/el-humor-acido-y-corrosivo-de-hugo-diaz/ El vídeo corresponde al acto de entrega el jueves anterior. Esta es la portada del nuevo libro de Carlos Morales que será presentado esta noche en el aula magna de la Universidad Estatal a Distancia, Sabanilla. Estará en librerías la próxima semana.
“Como un fenómeno bastante generalizado en todo el mundo, la nueva literatura costarricense también se ha pulverizado, y ya no se puede seguir su evolución frenética, pues se publican más de cinco títulos por día”, expresó el escritor Carlos Morales en una charla en Medellín la semana anterior. Morales estuvo invitado en la Librería Grámmata y, ante un buen grupo de lectores, especificó que las nuevas tecnologías han permitido que los títulos se editen sin análisis previo y con tirajes mínimos de 20 ejemplares o servidos a la carta. La conversación la dirigió el escritor y periodista Gonzalo Medina Pérez, hermano menor del famoso Parmenio, y la locación merece un párrafo. Grámmata es quizás la más rica librería de Medellín. Su sede cerca del estadio, posee millares de títulos nuevos de toda procedencia y es manejada por Wilson Mendoza y su hija Carolina. Además de cafetería, tiene un segundo piso donde se aloja otra librería: Palinuro, que regenta Luis Arango, fundador, junto a Héctor Abad Faciolince, el más popular escritor colombiano de hoy. Se autodefine como una “librería de libros leídos” y está especializada en obras de altísima calidad. La visita del costarricense permitió una confraternización con autores antioqueños y los libros de la Editorial Prisma quedaron a la venta en ese lugar. No será pues la única aproximación a una ciudad preciosa que está llamando la atención del mundo por sus devociones a la cultura y muy poco, por lo que quedó del narcotraficante Pablo Escobar. Luis Alberto Arango y Sergio Valencia, escritores que impulsaron Palinuro, ahora encima de Grámmata y un corto vídeo sobre la charla de Morales junto a Gonzalo Medina.
Esta semana la EUNED culminó las tareas de diseño y montaje del nuevo libro del escritor Carlos Morales, un recuento de los hechos políticos en la Centroamérica de los 70 y 80, con 240 dibujos del genial caricaturista Hugo Díaz. El documento lleva prólogo del historiador Vladimir de la Cruz y se titula DÍAZ, DE TURBULENCIA. Se basa en una sección humorística del periódico Universidad que llevó por nombre El Zapallo de Lata. En el proceso de producción aparecen: la diseñadora Tricia Calvo, el autor y el director de la EUNED, Gustavo Solórzano, quien tuvo a su cargo el cuidado de la edición.
Es el segundo libro de Morales en este año y se pondrá en librerías a fines de este mes. Reflejo de las fuerzas que combatían en la Centroamérica de 1981, es este dibujo del genial Hugo Díaz, quien vuelve ahora con nuevos bríos en DIAZ, DE TURBULENCIA, la nueva obra de Carlos Morales en la Editorial de la UNED. Sale a fin de año. Al igual que en estos tiempos de polarización política, la ciudadanía costarricense vivió, en la década de los 70 y principios de los 80, una temporada de grandes e imborrables tensiones. No solo porque las tropas sandinistas expulsaron al dictador Somoza y lograron el poder en Nicaragua, sino porque el gobierno de Ronald Reagan amenazó con invadir Centroamérica, bombardeó los puertos de San Juan y Corinto, allanó territorio hondureño, construyó un aeropuerto clandestino en Guanacaste y desplegó una guerra de baja intensidad que nos puso a todos en un puro temblor. Ese intenso periodo de agitación política en la región afectó nuestras vidas y, al calor de tales acontecimientos, nació, en las páginas del Semanario Universidad, una columna humorística que, burlándose de hechos y personajes del entorno, como lo hiciera el dibujante José Ma. Figueroa en el siglo XIX, se convirtió de algún modo en documentario y testimonial de lo sucedido. El refinado dibujo artístico del caricaturista Hugo Díaz, sería el centro de la sección, que se llamó El Zapallo de Lata, y en la cual participaron como redactores, personajes distinguidos de la vida intelectual de aquel tiempo. Este nuevo libro de Carlos Morales, se encarga de repintar, completo, ese mural histórico de una Centroamérica en guerra y una Costa Rica en temblores de combate. La obra recoge 240 dibujos del artista incomparable, y narra con humor, la vida, sufrimiento y muerte de la columnilla más popular del periódico universitario en aquel tiempo. La publicación la pondrá en venta la Editorial de la UNED en los próximos días y se adorna con un prólogo del historiador Vladimir de la Cruz y la edición personal del escritor Gustavo Solórzano, quien dirige esa editorial. Gonzalo Facio, Mario Echandi y Guillermo Malavassi, con su Zapallo de Lata.
Juntos caminamos –durante 50 años– en busca de la armonía, de la belleza (la pintura, el cine, el teatro, la música, la literatura), y por cualquier rincón del mundo donde estuviera… Casi siempre la encontrábamos, porque sabíamos, cuál era el camino, y ese camino era el amor. Ahora, que a ella me la ha arrebatado el infame destino, comprendo que no había necesidad de perseguir las beldades tan lejos. Ella misma era un compendio de la belleza clásica, y yo, ya la había encontrado. La tenía en mi almohada. Aunque mi dolor es infinito, las linduras que María me prodigó (4 hijos, 10 nietos) son vivas e intensas y, gracias a ellas… ¡Sobreviviré! El siguiente vídeo es mi tributo a tanta perfección. Como un silencio ante la muerte es casi mudo. Todo ha de quedar dicho con la música, y esa luz turquesa de sus ojos mansos. Este artículo ha sido publicado por su autor en las redes sociales. Lo reproducimos y agradecemos.
Una prosa fresca, fluida, espontánea, aflora en las páginas de “El cementerio de los escritores olvidados”, de Carlos Morales Castro. Cascada de dulces y amenos relatos con jeques de la retórica poética latinoamericana intercalada con latigazos de crítica airada contra la mediocridad, los premios literarios y, héroes polares esculpidos por el mercadeo moderno. En los primeros capítulos, con lanza en ristre, arremete contra el brasileño Pablo Coelho calificándolo de “ramplón e insustancial” ante carencia de talento, creatividad, constancia y disciplina. Al canasto de reciclaje envió “El Alquimista” por aburrido, aunque haya vendido millones de ejemplares. El prolífero narrador cabalga sobre la huella de los jeques de la poética latinoamericana. Reconoce belleza, armonía y exquisitez en las plumas de Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y García Márquez. Arguye que cada uno cuenta con obras magistrales pero esa lucidez, gallardía y encanto no trasciende en todos sus libros. García Márquez abrazó el pedestal con “Cien años de soledad” pero, paradójicamente, el equilibrio no matizó, con la misma fuerza, unos cuanto de sus compendios. Sorpresivamente, Morales Castro, da un viraje, en el mundo de chasquidos y chispas flameantes, para reconocer la majestuosidad de Isabel Allende, por cierto, merecida, justa y razonable. Con delicadeza y fragancia, jocosamente, expone vivencias, anécdotas y chispazos de su relación con los consagrados de la literatura costarricense del siglo XX. ¡…Si, si, los grandes! e icónicos Beto Cañas, José Marín Cañas, Joaquín Gutiérrez Mangel, Isaac Felipe Azofeifa, Fabián Dobles, entre otros. En ese transitar, dirige la mirada, sin contemplaciones, hacia las jóvenes promesas nacionales: Carlos Cortés, Oscar Núñez, Rodolfo Arias Formoso, Fernando Contreras, a quienes salva, entre otros. Al fulgurar José León Sánchez en la mira de Carlos Morales, lo califica de poco valor literario. Rechaza la veracidad de los hechos descritos en “La Isla de los hombres solos”, de José León Sánchez. …La narración la considera novelesca y, el éxito obedece más a sentencias en tribunales. El premio Magón otorgado a Sánchez es obra de un cabildero bien orquestado, comparable con el Nobel de Oscar Arias. Como diría mi abuelo, ¡A Dios rogando y con el mazo dando! La punzada más profunda ocurre contra los premios en las artes. ¡Y eso que le han dado cuatro!. Los califica de “pervertidos y carentes de valor”, muchos traídos al mundo al calor de los billetes verdes. ¡Una ofensa a la integridad heredada del Olimpo griego! El autor, en forma inesperada y, matizado de picardía, abandona la reyerta con los letrados para incursionar en el mundo de la farándula... Afirma que Arjona, Alejandra, Maluma, Paulina, hijos de la tecnología no tienen voz ni para cantar un bingo. ¡Canta más el gallito jardinero del vecino!, dice. Carlos Morales es un intelectual sagaz, franco, de mente creativa, inteligencia innata y lector empedernido. Suma, además, una picardía innata poco común en la intelectualidad. Frente al monitor es tan resbaladizo como un musulmán con granada en mano. En el recorrido entre caciques de pluma plateada, es juez y testigo del mundillo literario latinoamericano que lo amamantó, y le otorga créditos suficientes para escribir un “Cementerio de los escritores olvidados” y, circular entre los grandes de la literatura universal... Sergio Espinoza Alfaro Cordillera de la Carpintera, Cartago. El periodista José Eduardo Mora publicó un extenso artículo sobre nuestro libro EL CEMENTERIO DE LOS ESCRITORES OLVIDADOS, en el Semanario Universidad del pasado 12 de junio.
Allí, el más inquieto periodista cultural del momento, especula que, la clave del libro está en sus silencios, o sea, más en lo que calla que en lo que dice, y según ha confesado el propio autor, es una de las trampas que propone en el texto para que el lector participe y saque sus propias conclusiones. Ese análisis del panorama literario actual, usted lo puede encontrar en la siguiente dirección: https://semanariouniversidad.com/suplementos/la-taxonomia-literaria-de-carlos-morales/ El escritor Mario Zaldívar, tuvo a su cargo la presentación y dirección del coloquio que convocó la Librería Internacional, el pasado miércoles en Plaza Lincoln, para debatir sobre el ensayo El cementerio de los escritores olvidados.
El conocido novelista e historiador de la música popular, dijo que este nuevo texto de Carlos Morales –el número 25 de su cosecha– es un “trabajo valiente y provocador, apenas para despertar el cotarro de la literatura nacional y estimular una nueva producción de mayor calidad”. Morales, por su lado, aprovechó para teorizar un poco sobre el acto común de creación artística del escritor y del lector cuando este deconstruye la obra. Ambas creaciones son individuales y pueden variar mucho, incluso en intención y sentido. “Hay muchos lectores que me insisten en que este libro es una novela, y eso no sé si es un elogio o un insulto, chascarreó. Todo el diálogo entre los protagonistas y un público activo, discurrió en forma amena, y aunque algunos tuvieron que estar de pie atrás, nada los inhibió para preguntar. Entre las figuras conocidas del ambiente vimos a Jorge Muñoz, ex director de deportes; al cineasta Oscar Castillo, al novelista Oscar Núñez, al editor y diplomático Sebastián Vaquerano, al empresario Marco Zúñiga, al periodista José Ml. Peña, al catedrático Álvaro Poveda y a muchos escritores, estudiantes y periodistas jóvenes. De la exitosa actividad dan señal las fotografías que adjuntamos. |
Por una bio-pic del autor haga clic
InformaciónEsta página del escritor costarricense Carlos Morales fue inicialmente confeccionada a partir de una bio-bibliografía realizada, para la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica, por la entonces alumna Ana Ruth Sanabria Méndez, en mayo de 2001. Con el paso de los años, se le agregaron otros contenidos y se ha actualizado con la obra periodística y literaria del autor.
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