Carlos Morales El pasado martes 19 de octubre, la Universidad de Costa Rica desvelizó un busto del ex rector Luis Garita Bonilla en la Plaza 24 de abril, y aprovechó la ocasión para rendirle homenaje a uno de sus más devotos servidores. En apropiados discurso, las autoridades académicas y la hija mayor del homenajeado, Ana Elena Garita Incer, recordaron la trayectoria y generoso servicio que el abogado y economista le prestó al alma máter a lo largo de toda su vida. Esto es más de medio siglo: desde que ingresó a los Estudios Generales, en 1964, hasta que falleció trágicamente, en 2016. La obra y pensamiento que el doctor Garita le dejó a la UCR es invaluable, y los oradores lo ponderaron debidamente, mas la idea que mejor planteó la relación entre esta universidad y el homenajeado, la dejó caer, con una lágrima furtiva, su hija primogénita, cuando afirmó: “para mi padre, y para nosotros sus hijos, esta universidad era su casa, y recuerdo bien cuando me traía de la mano a pasear por este campus, donde él trabajaba todo el día¨ (cif). Nada más cierto. Luis Garita Bonilla, sin perjuicio de sus otros cargos en la administración pública, sus doctorados en el extranjero, sus vínculos con amigos del alma, o con políticos no tan del alma, y sus exploraciones de paisajes diversos por todo el Mundo, vivió siempre en función de la Universidad de Costa Rica. Casi todo lo puso a girar en torno a ella, y de allí que su legado es monumental, por más que uno se concentre en citar el FEES, la Intranet, la regionalización, el apoyo a la libre expresión, la reforma del Consejo, la FUNDEVI y mil etcéteras más. Y es gigantesca, porque dejó calor, enseñanzas, sabiduría, sencillez, honestidad y solidaridad humana diseminados por todo el campus, donde empezó a moverse como luchador contra ALCOA en la dirigencia estudiantil, y ascendió hasta el más alto cargo de la institución. Por todo ello, es hermoso que su bien moldeado rostro se luzca hoy en esa plaza de las libertades donde comenzaron sus luchas de universitario, y se vuelva, exactamente allí, una presencia constante. Es muy posible ahora, que su nueva residencia física en esos jardines, vea pasar algún día a Ana Elena o a Juan Daniel o a Eugenia o a Luis Diego, llevando de la mano –como en los viejos tiempos– a alguno de sus hijos o nietos, por esos mismos senderos de sabiduría y honestidad por los que él mismo encaminó a tantos. Tres amigos de Luis Garita (Sergio Espinoza, Manuel Morales y Carlos Morales) junto al busto recién develizado.
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InformaciónEsta página del escritor costarricense Carlos Morales fue inicialmente confeccionada a partir de una bio-bibliografía realizada, para la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica, por la entonces alumna Ana Ruth Sanabria Méndez, en mayo de 2001. Con el paso de los años, se le agregaron otros contenidos y se ha actualizado con la obra periodística y literaria del autor.
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